En algunos casos nuestra pala va a sufrir algunos daños que pueden ser reparados por nosotros mismos en casa, bien sea que se le haya hecho alguna grieta, que sea hora de limpiarla, de cambiar el grip o incluso de reemplazar el cordón. Es importante que estés siempre pendiente de todas las señales, ya que una pala en malas condiciones no solo nos impedirá tener un juego óptimo, sino que puede ser algo poco seguro.
Muchas veces con darles un poco de cuidado en casa y seguir ciertos pasos para solucionar el daño, podrás volver a la pista y jugar como lo harías con una pala nueva. Sigue leyendo y descubre no nada más cómo reparar tu pala, sino cuándo es realmente necesario hacerlo o si es hora de comprar una nueva.
Muchas veces las palas cuentan con pequeños desperfectos que pueden ser reparados en casa, tales como un overgrip que necesita ser cambiado, un cordón roto, viejo o desgastado, una superficie con desperfectos, pero que nunca haya sido reparada y otros.
Si la pala tiene alguna de estas características, debes saber que tú podrás repararla sin mayores complicaciones; nada más trata de seguir los pasos recomendados y en menos tiempo del que crees, puedes volver a usar tu pala.
Antes de hacerte con todas las herramientas para arreglar tu pala de pádel, debes saber que en algunos casos sí puedes hacerlo desde casa, mientras que, en otros, vas a necesitar de la ayuda de un profesional. En casos más extremos puede que tu pala solo deba ser arrojada a la basura y comprar una nueva.
Existen algunos kits de reparación de palas que te incluyen todo lo necesario para solventar cualquier inconveniente con esta desde casa; este mismo kit puede servirte para reparar varias veces y no es tan costoso como comprar una nueva. Ahora bien, una vez que tengas tu kit, puedes aplicar los siguientes pasos:
Prestando mayor atención a las zonas donde se haya levantado la cubierta de la pala, vas a lijar, cuidando de no pasarte del nivel. Procura retirar la pintura, la resina y todo lo que pueda ser un problema a la hora de colocar el material nuevo.
Lo primero que debes tener en cuenta es el tipo de laminado que lleva tu pala, de manera que puedas comprar el adecuado. Una vez que tengas esto asegurado, vas a usar la resina y bañarás la lámina con esta; esto lo puedes hacer con una pequeña espátula o herramienta similar para evitar derramar el producto.
Irás superponiendo las láminas una encima de la otra; con unas 4 o 5 es más que suficiente.
Elimina todas las burbujas de aire que se formaron durante el paso anterior; procura repasar bien las láminas y eliminar con esto todo el residuo de resina que pudo haber quedado. En este paso tienes que ser bastante meticuloso, debido a que, si quedan algunas burbujas o restos de resina, es cuestión de tiempo para que una de las láminas se levante y tengas que repetir todo este proceso, o peor, comprar una pala nueva.
Coloca sobre la pala algún objeto pesado, pueden ser libros o algo similar que no vayas a necesitar, de manera que puedas dejarlo así al menos un día entero para que seque correctamente.
Vuelve a lijar la superficie y fíjate en que elimines todas las impurezas que pueda tener; hazlo suave y con paciencia, no olvides que no puedes desgastar demás.
Si quieres darle un mejor aspecto a tu pala y tienes algunos dotes artísticos, entonces puedes coger pintura y pinceles, para que le brindes una mejor apariencia.